Hoy venimos a hablaros de un álbum
ilustrado dirigido a niños entre 5 y 8 años. Se llama Imagina en la cocina y su
edición ha sido posible gracias al crowdfunding de Verkami y a la editorial Círculo Rojo. Detrás del proyecto está Salvador Ibañez, un ilustrador afincado
en Madrid que puedes tener la suerte de conocer en alguno de los cuentacuentos-presentación
de su libro que está haciendo por distintas librerías de España. Nosotros
asistimos a uno en la Librería Imperia, de Gijón, el pasado sábado día 17 de
febrero.
La puesta en escena incluía una maleta
llena de sorpresas. Algunas salían de la misma en forma de adivinanzas que
invitaban a los niños a pensar en alimentos que podían formar parte del
desayuno: pera, plátano, pan… El relato induce a la reflexión desde el
principio pues nos sumerge en las diferencias entre ciudades, nos muestra
distintos comportamientos de las personas y
nos enfrenta a la prisa que hoy en día domina nuestra vida (al menos la
de algunos). Pero, ¿que pasa cuando dedicamos tiempo a lo que tratamos como
banal?. Pues que podemos descubrir mundos desconocidos, formas que invitan a
imaginar historias diferentes y … a soñar. Especialmente cuando te enseña a
hacerlo una persona tan significativa como papá. Las diferentes partes y formas
de una cafetera sirven para este juego imaginativo que nos conduce a una nueva
manera de mirar las cosas. Por otro lado, las ilustraciones acompañan el texto
de una forma suave y tranquila. Poco texto y poca imagen para que la fantasía
haga el resto.
Se nos ocurren muchas posibilidades
para introducir este álbum ilustrado en el aula. Podemos utilizarlo para hablar
de la comida más importantes del día: el desayuno. ¿Es importante el desayuno?,
¿Cómo lo hacéis en vuestra casa?, ¿Con quienes desayunas?, ¿ Dedicáis el mismo
tiempo por semana y los fines de semana a desayunar?. Por supuesto, según la
edad de los niños, podemos ir adaptando los objetivos y las preguntas. También
para trabajar la creatividad a partir de la idea de ver la realidad con otros
ojos. Por ejemplo, podría enseñarse a los niños diferentes objetos y
preguntarles que les sugiere su forma, una parte de ellos, que otros usos
podrían darles, etc. Otra posibilidad podría ser la de pensar como afectan los
horarios a nuestra vida, a la de nuestros padres, hermanos, profes… Podríamos
convertirles en pequeños observadores de la celeridad que tan presente está en
nuestras vidas.
En definitiva, la literatura infantil
en general y este álbum en particular nos puede servir como punto de partida
para el trabajo por proyectos. ¿Os animáis?
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