Voy a hablaros de un juego de mesa que aborda el
tema de la educación emocional. Ha sido creado por Marta Miguel e ilustrado por
Judith Ballester. Está formado por un conjunto de 40 cartas y cada una de ellas
expresa una emoción diferente. Se puede jugar individual o por equipos y para
ello hay que tirar un dado de madera que en vez de números trae dibujos que
indican lo que hay que hacer. También se incluye un pequeño libro donde
aparecen tanto las instrucciones de juego como un diccionario de emociones en
el que se dan pistas de lo que puede significar cada una de ellas.
Este material tiene muchas cosas que pueden
resultar interesantes tanto para el trabajo en el aula como para el ocio
familiar. En primer lugar el enfoque de las emociones es neutro, puesto que no
se dividen ni en positivas ni en negativas, sino que se presentan como estados
temporales que todos podemos sentir ante situaciones diarias. Además, va
orientado a conocer gradualmente las más importantes, aprender a identificarlas
y normalizar su expresión. De manera paralela se trabajan otros aspectos como
la empatía, el respeto, la escucha activa… básicas para ofrecer una educación
emocional de calidad.
También es de destacar la ausencia de estereotipos
de género, presentando igual número ilustraciones femeninas y masculinas.
Por otro lado, las imágenes presentan colores
suaves, neutros y alejados del universo rosa/azul tan presentes en muchos
materiales.
Se trata igualmente de un juego evolutivo, que se
puede introducir a partir de los 4 años (yo recomendaría los tres años, porque
las emociones más básicas ya se suelen trabajar en el aula en el primer curso
de infantil) y que puede mantenerse prácticamente durante toda la primaria. El juego también puede tener cierto uso en el
aula de inglés, pues cada carta incluye la imagen de la emoción y la palabra
escrita en tres idiomas: catalán, español e inglés.
Quizás este material resulta tan interesante porque
surge a partir de un obstáculo que la creadora se encuentra en su trabajo como
psicóloga con adolescentes y es la dificultad que tienen estos últimos para
expresar cómo se sienten. Parece que utilizan una etiqueta muy general que no
aporta matices sobre las emociones que perciben. Que mejor que idear un
material para prevenir estas situaciones y trabajar de manera lúdica desde los
primeros años algo tan importante como las emociones. Se puede usar para
identificar la expresión facial de las distintas emociones, construir historias
a partir de una, dos o más emociones, para conflictos que puedan surgir en el
centro, construir un rincón emocional en el aula o en la biblioteca… En fin,
los usos dependen de las necesidades y creatividad de cada uno.
Pero, ¿dónde conseguir el emötiö?. Pues
directamente a través de la página facebook o de instagram del juego. Si
preferís verlo, tocarlo y que os asesoren, actualmente en Asturias podemos
encontrarlo en la librería de Gijón, La Luna Lee. Y si os acercáis por allí,
podéis aprovechar para asistir a alguna de las actividades que organizan. En su
Facebook o en el apartado noticias de su página web podéis conocer su
programación.
¿Te vas a quedar sin el tuyo?. En algún cole de la
zona ya cuentan con él…
¿Que más juegos de mesa conocéis para trabajar las emociones en la etapa de infantil y primaria?. Nos encantaría seguir descubriendo alguno más.